En 1968 Manuel García Martín se enamoró de las farolas de Barcelona, y como si estuvieran condenadas a desaparecer en una semana, las dibujó y almacenó en un museo de tinta y papel. Hasta 1976 los dibujos aguardaron bajo un dedo de polvo la llegada de alguien que se decidiera a dar a conocer esta parte de la historia de Barcelona. Y el mecenas llegó, la empresa catalana "Catalana de Gas" arranca a la ciudad el arte de la calle en diez libros con ilustraciones de estatuas, vidrieras, portales modernistas, edificios singulares y comercios con carisma.
un raconet de curiositats
dimarts, 28 de juny del 2011
Luces modernistas.
En 1968 Manuel García Martín se enamoró de las farolas de Barcelona, y como si estuvieran condenadas a desaparecer en una semana, las dibujó y almacenó en un museo de tinta y papel. Hasta 1976 los dibujos aguardaron bajo un dedo de polvo la llegada de alguien que se decidiera a dar a conocer esta parte de la historia de Barcelona. Y el mecenas llegó, la empresa catalana "Catalana de Gas" arranca a la ciudad el arte de la calle en diez libros con ilustraciones de estatuas, vidrieras, portales modernistas, edificios singulares y comercios con carisma.
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